Alimentos prohibidos para los gatos

Una de las dudas más frecuentes a la hora de alimentar a nuestro felino es qué tipo de alimentos son adecuados para ellos y cuáles, por el contrario, resultan tóxicos. Al igual que los humanos, los gatos tienen su organismo particular y no toleran cierto tipo de alimentos.

Muchas veces, lo que para nosotros puede ser un alimento sano y digerible, para los gatos ese mismo alimento puede ser altamente tóxico. Esto no es algo exclusivo de los gatos, todos los animales tienen un sistema digestivo y un metabolismo concreto, por lo tanto, los alimentos que a los humanos nos sientan bien no tienen porqué ser adecuados para otros animales. Así, como también sucede en el caso de los perros, tendremos que prestar atención a ciertos alimentos que igualmente resultan tóxicos para los gatos.

Errores más frecuentes a la hora de alimentar a los gatos

Muchas veces por ignorancia y creencia popular se piensa que los lácteos pueden ser adecuados para los gatos. En muchísimas películas, series, cómics, podemos presenciar la típica imagen de un gato bebiendo leche. Este alimento, aunque no resulta tóxico, si puede ser perjudicial por la alta tasa de intolerancia a la lactosa que presentan estos felinos.

Las sobras de comida tampoco son adecuadas para alimentar a los gatos, ni a otros animales. En ellas, puede haber un alto contenido en sal o alimentos que sean altamente tóxicos, por tanto, no es nada recomendable alimentar a los gatos de esta forma.

El atún en lata destinado a consumo humano tampoco es adecuado para los gatos. Sin ser tóxico, no tiene taurina, que es un aminoácido muy necesario para estos felinos.

Otra creencia que se suele tener es que el gato sólo come pescado, y esto no es cierto. Los gatos son carnívoros pero si, por ejemplo, basamos su alimentación únicamente en víscera de pescado podemos provocarles enfermedades debido a que tienen un compuesto que destruye la vitamina B1. Del mismo modo, las espinas del pescado quedan totalmente descartada en la alimentación de los gatos, pueden causar perforaciones y heridas en su sistema digestivo.

¿Qué alimentos no son adecuados para mi gato?

  1. Alimentos con sal. Aunque un poco de sal puede llegar a ser beneficiosa, los alimentos con alta cantidad de sal, como los embutidos, pueden provocar hipertensión y problemas renales.
  2. Alimentos azucarados. En los gatos pueden ocasionar problemas en el hígado, exceso de insulina, vómitos, falta de coordinación y adormecimiento.
  3. Uvas, naranjas y pomelos. Pueden causar problemas renales y, si no ha tomado mucha cantidad, diarrea.
  4. Limón y vinagre. Su acidez puede provocarles dolor estomacal, diarrea o vómitos.
  5. Cebolla, puerro y ajo. Alteran los glóbulos rojos de los gatos, pudiendo provocar anemia.
  6. Tomate Tiene una sustancia que es tóxica para los gatos que desaparece cuando madura.
  7. Aguacate Contiene persina, que resulta tóxico para aves y mamíferos. Aunque para los gatos no resulta muy tóxico hay que tener cuidado puesto que, al ser un alimento tan graso, puede provocar pancreatitis. Lo mismo ocurre con los frutos secos.
  8. Chocolate Contiene teobromina, una sustancia muy tóxica para los gatos, que puede provocar vómitos, diarrea, fallos en el organismo y un aumento del ritmo cardíaco.
  9. Café, té y alcohol. Son muy tóxicos para los animales en general.

¿Qué ocurre si mi gato ha ingerido un alimento tóxico?

Tal y como se especifica en la web Nutro.es, los síntomas de intoxicación por alimentos suelen ser:

  • Vómitos y diarreas, a veces con sangre
  • Irritación gástrica
  • Dificultad respiratoria
  • Convulsiones, espasmos, temblores
  • Pupilas dilatadas
  • Estado depresivo y cambios en el comportamiento
  • Anorexia
  • Dificultad para la coordinación
  • Pérdida de conocimiento
  • Micción frecuente

Como hemos visto, las consecuencias de la ingesta de un alimento tóxico pueden llegar a ser muy graves para los gatos. Si sospechamos que nuestro felino ha podido ingerir alguno de estos alimentos, lo primero será comprobar qué cantidad ha consumido, y una vez lo sepamos, consultar a un veterinario para que realice un diagnóstico.

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