El perro es el mejor amigo del ser humano desde hace miles de años y, a pesar de que hemos aprendido muchas cosas acerca de ellos, siempre nos quedan algunas por descubrir. Por eso, el día de hoy hablaremos sobre algunas curiosidades de los perros que quizás no sabías.
Los perros son capaces de comprender palabras y gestos
¿Sabías que los perros pueden comprender aproximadamente entre 200 y 250 palabras o gestos? Muy similar a lo que le ocurre a un niño de dos años. Por eso, es tan común que perros y niños pequeños se suelan llevar tan bien.
Pueden oír hasta cuatro veces más que los humanos
Los perros tienen bastante desarrollado el sentido del oído, y esto tiene que ver con las frecuencias de los sonidos y de cómo el cerebro de ellos responde. Son capaces de escuchar sonidos tan «bajos» que nosotros somos incapaces de detectar.
De hecho, gracias a esta sensibilidad especial, los perros – y otros animales – tienen la capacidad de percibir desastres naturales como los terremotos antes que los humanos. Los perros, aun horas antes de que se produzca un sismo, pueden mostrarse inquietos, moverse de forma nerviosa y ladrar desconsoladamente. En ocasiones, incluso intentarán emprender la huida definitiva del sitio en el que estén.
Las vibraciones primarias de los terremotos viajan el doble de rápido que las secundarias, que son las que provocan la mayoría de los temblores reales. Estas ondas primarias son generalmente demasiado sutiles para ser sentidas por los humanos, pero no por los animales.
Los perros eliminan el exceso de calor, esencialmente, mediante el jadeo
Los perros no tienen glándulas sudoríparas repartidas por todo su cuerpo como las personas; tienen un sistema de refrigeración diferente al nuestro. Sí sudan, pero lo hacen en menor medida y a través de zonas muy localizadas de su cuerpo.
Uno de sus principales mecanismos para eliminar el calor es el jadeo, pero se trata de un mecanismo mucho menos eficiente que la sudoración. Por eso están mucho más expuestos que nosotros a padecer un golpe de calor. Así, el jadeo es normal después de realizar algún ejercicio, pero cuando el ritmo se acelera demasiado o bien va acompañado de babas, puede estar anticipando un peligroso golpe de calor. ¡Cuidado con los bozales que no permiten jadear! Si tienes que llevar a tu perro con bozal, no olvides que lo mejor es escoger uno de los llamados “bozales de cesta”, que dejan suficiente espacio al perro como para abrir la boca y sacar la lengua, al tiempo que cumplen su función de seguridad.
Además del jadeo, los perros sudan a través de la piel de las almohadillas de sus patas, y de la trufa o nariz. En estas áreas de la piel sí contienen glándulas sudoríparas. Por eso, un perro expuesto a altas temperaturas puede dejar huellas al caminar sobre baldosas.
Sus bigotes le ayudan a ver en la oscuridad
No se trata de visión nocturna, pero, gracias a sus bigotes, pueden detectar cambios sutiles en las corrientes de aire, lo que les da información sobre la temperatura, el tamaño, la forma y la velocidad de las cosas cercanas. Así, pueden percibir mejor la proximidad de algún peligro, aunque sea de noche.
Un dato curioso es que los bigotes son proporcionales al tamaño del cuerpo del perro, por lo que le permiten saber si un espacio es suficientemente grande para que pase por él.
Por otro lado, las supraciliares (ubicadas encima del ojo) protegen los ojos del perro de posibles objetos o basuras, ya que tropiezan primero con ellas y lo impulsan a parpadear.
Si has adoptado a un perro que tiene estos receptores táctiles cortados no te preocupes, ya que los bigotes de los perros crecen. Un corte no impedirá que las vibrisas o pelos táctiles de las distintas partes del cuerpo aparezcan de nuevo, solo debes ser paciente y notarás que en poco tiempo crecen. Sin embargo, algo que hay que tener en cuenta es que un perro que ha sufrido este tipo de corte se volverá más desconfiado y asustadizo al ver sus sentidos disminuidos. Al mismo tiempo, sugerimos tener cuidado al tocar la zona donde se ubican estos pelos táctiles para no generar molestias al perro.
La temperatura corporal de los perros es más elevada que la de los humanos
Los humanos tenemos una temperatura normal de unos 36°C a 37°C, mientras que la temperatura corporal de los perros que resulta “normal” es más elevada: suelen rondar los 38°C a 39°C. En cualquier caso, necesitamos conocer los síntomas que siente un perro para detectar cuando tiene fiebre.
Las señales más comunes para detectar si un perro tiene fiebre pueden ser: letargo o falta de energía; depresión; ojos rojos; orejas calientes; nariz cálida y seca; temblores; pérdida de apetito; tos; vómitos y secreción nasal.
Por otro lado, puedes tomarle la temperatura a tu perro con un termómetro rectal especialmente para perros. Si su temperatura en reposo es superior a 39.4°C (lo que se considera fiebre) o inferior a 37°C, llama o acude al veterinario de inmediato.
Es capaz de echarte de menos
Sí, incluso se aprenden nuestras rutinas y hábitos, por lo que pueden calcular cuándo es la hora del paseo diario, de cenar, etc. Los perros echan de menos a sus dueños tanto cuando se van por algunas horas de casa, como cuando sus dueños mueren. En este último caso, podrán ir a vivir con otro dueño y eventualmente se recuperarán, pero nunca olvidarán a su dueño anterior: así es la lealtad de un perro, para siempre.
Hay muchos casos de dueños que mueren y que no dejan instrucciones para el futuro de sus perros. Por eso, es importante que, en la medida de lo posible, siempre tengas a alguien que sepa que, en caso de que tú faltes, serían capaces de quedarse al cuidado de tu perro. Así, evitas que tu perro, además de triste, termine abandonado.
Detecta tus sentimientos y cambios de humor
Las mascotas son seres muy sensibles y, por eso, son especialistas en detectar emociones humanas. De hecho, los estudios demuestran que los perros tienen capacidad para detectar cambios químicos y fisiológicos de las personas tales como el olor, las expresiones fáciles, el tono de voz, y, así, pueden reconocer cuál es el estado de ánimo de una persona. También aseguran que las hembras son capaces de detectar si un miembro de la familia está embarazada. Esto último tiene que ver sobre todo con que los perros, por su olfato, son capaces de percibir los cambios en las hormonas y feromonas de las mujeres embarazadas.
“Los animales, como parte integrante del núcleo familiar, son sensibles a percibir todo lo que exista en su entorno. Los perros han evolucionado junto a los humanos miles de años, lo que les confiere una especial capacidad para percibir todo lo que sentimos”, indica Rosana Álvarez, veterinaria especializada en medicina del comportamiento y fundadora de Etología Veterinaria.
Además, algunas reacciones de comportamiento y químicas de los humanos pueden afectar a los perros de manera que les permiten no solo distinguir entre el miedo, la alegría o el enfado de sus dueños, sino que pueden captar esos sentimientos de sus compañeros humanos.
Así como los bebés miran a sus padres para saber cómo reaccionar ante el mundo que les rodea, los perros a menudo buscan señales similares de los humanos. Por ejemplo, cuando su gente proyecta sentimientos de calma y confianza, los perros tienden a interpretar su entorno como seguro.
Su sentido del olfato es millones de veces (literalmente) mejor que el de los humanos
El sentido más desarrollado de los perros es el olfato, un sentido muy sensible que usan para complementar la forma en la que ven el mundo todo el tiempo. En otras palabras, es gracias al sentido del olfato que un perro puede ver y entender el mundo que lo rodea a través de un análisis que hacen del entorno con los aromas y olores que perciben con su nariz.
Mientras el cerebro humano es dominado por la parte visual, el cerebro de los perros es dominado por la parte encargada del aspecto olfativo. Así, dependiendo de la raza, los perros tienen entre 125 y 300 millones de glándulas olfativas, en comparación con sólo 5 millones para los humanos. Y la parte del cerebro del perro que controla el olor es 40 veces más grande que la nuestra.
Los perros también pueden desarrollar problemas de salud mental
Los perros pueden experimentar problemas de salud mental y es muy importante atender y tratar estos posibles trastornos. No es sencillo responder por qué surgen estas enfermedades en los perros, pero se cree que algunas de ellas son causa de errores tanto de educación como de socialización que se producen en los primeros cuatro meses de vida.
La enfermedad mental más común en los perros es la depresión. Así, tal como ocurre con los seres humanos, esta puede convertirse en limitante para los animales, ya que suelen presentar síntomas como la apatía, la tendencia a la soledad, un sueño excesivo, desórdenes alimenticios, irritabilidad y lamidos compulsivos. En cuanto a las causas de la depresión, depende de cada caso concreto, y pueden ir desde maltratos, hasta cambios en sus rutinas o incluso la muerte de otro animal cercano o de su dueño.
Otras enfermedades frecuentes pueden ser: fobias, ansiedad por separación, trastorno obsesivo compulsivo o, incluso, esquizofrenia.
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