En este apartado os contamos las experiencias de nuestros adoptantes de Zarpas y Colmillos. Con sus vivencias, quizás podamos animar a alguien a adoptar y concienciar sobre la responsabilidad de abrir nuestra vida a un animal. Son historias reales de gente normal que tomó en su momento esa importante decisión. Hoy os presentamos a Alfonso, que decidió dar una oportunidad a Hache, rebautizado como Bebop, un gatito huérfano un tanto especial.
Decisión de adoptar
Hubo un momento hace 5 años que me decidí a adoptar un animal. Lo que pasaba por mi cabeza no era gran cosa, simplemente tener un animal, que siempre me han gustado y poco más. Que hiciera compañía, lo típico. Qué fácil, ¿verdad? Entonces una amiga me habló de Hache (entonces un gatito huérfano de dos meses), que tenía una lesión en la columna y necesitaba ayuda. Ya había preguntado por algún animal de esta asociación, pero al ser mi amiga colaboradora, pues me animé del todo y vi que realmente se preocupan por darle a los animales un futuro mejor. Y cuando me interesé por su caso pensando, iluso de mi, que sería pan comido, es cuando me di cuenta del nivel de responsabilidad que adquieres cuando adoptas un animal. Y más si tiene alguna necesidad especial como era el caso.
Momento de la adopción
Básicamente pasé de 0 a 100 en un día, de querer «sólo» un animal a querer ayudar y salvar una vida. Porque eso es lo que haces cuando adoptas. Te das cuenta de que ibas con una idea egoísta y acabas desvivido por un ser vivo que te necesita y te recompensa. Una vez tomada la decisión, fui a conocerle a la casa donde estaba acogido, para que el flechazo fuera completo. Y un día de repente, ya le tenía en casa.
Por su lesión, se trata de un gato con problemas de incontinencia, pero lo compensa siendo tremendamente hablador y cariñoso. Es especial en ambos sentidos. Cuando le llevé a casa se tumbó en la manta y contemplaba la televisión a mi lado y así pasó la primera noche. Luego, debido a sus problemas, requiere de más atención y precauciones que un gato normal (intenté que llevara pañales un tiempo pero es un rebelde): Cuidado de la alimentación, visitas regulares al veterinario, sesiones de terapia láser. Y te das cuenta de que esa responsabilidad que asumes te ha cambiado, para mejor. Que eres capaz de tener otra mentalidad y en cierto modo, de madurar. Y que a tu alrededor hay muchos animales que sufren, y mucha gente que por fortuna lo da todo por protegerlos y cuidarlos.
Recomendaría adoptar un animal (cualquiera) para, si no se puede cambiar el mundo, por lo menos cambiar el suyo. Ahora Hache se llama Bebop y es un gatazo de 6 kilos. Sigue viendo la tele conmigo y me habla a todas horas. Y espero que sirva de ejemplo para que más gente decida animarse a adoptar y compartir su vida con un animal. Realmente merece la pena.
Y si tú estás leyendo esto pensando en adoptar: confía en esta asociación. Te asesorarán en todo y se aseguran al máximo de que cada animal está en un hogar adecuado, tanto los que todavía están con ellas como los que dan en adopción. No te vas a arrepentir de conocer al peludete de tu vida.
Si has leído hasta aquí quizá sea porque también quieres vivir esa experiencia y estás pensando en adoptar a alguno de nuestros zarpitos/as. Si crees que estás preparado/a para esa responsabilidad, puedes consultar los animales de nuestra protectora que están esperando una familia que los quiera para siempre.
También puede ser que te hayan entrado ganas de ser casa de acogida, y en estos momentos son más necesarias que nunca, ¿nos echas una zarpa acogiendo a un peludo?
Deja un comentario