Hipertensión felina – Causas, síntomas y prevención

La hipertensión felina, al igual que en las personas, es una enfermedad grave definida como la elevación constante de la presión arterial. Si no se trata puede conllevar consecuencias complicadas.

Las personas sufrimos hipertensión primaria, es decir, no se manifiesta por otra enfermedad. Sin embargo, en los felinos, en la mayoría de los casos, es secundaria a otras afecciones. Por lo que la hipertensión no puede reconocerse por el dueño de la mascota, ya que por sí misma no se manifiesta. Serán sus consecuencias las que produzcan signos visibles.

Podemos encontrar tres tipos de hipertensión:

  1. Hipertensión primaria o idiopática. De origen desconocido o no guarda relación con ninguna afección.
  2. Hipertensión secundaria. Se trata de la más frecuente. Su causa es por una enfermedad o trastorno endocrino como la diabetes, enfermedad renal o el hipertiroidismo.
  3. Falsa hipertensión. Provocada por miedo o estrés, como por ejemplo durante la visita al veterinario. Es una subida momentánea.
¿Qué síntomas presentará un gato con hipertensión?

Puede mantenerse oculta durante mucho tiempo, pero llegado el momento, el felino presentará síntomas que pueden llegar a ser muy graves. Los síntomas están relacionados con las patologías sistémicas que padecen. Los principales órganos afectados son: los ojos, el corazón, los riñones y el cerebro. También se suele ver afligido el sistema nervioso.

Los síntomas más frecuentes son:

  • Cambios de comportamiento, como rechazar su caja de arena.
  • Apatía y depresión.
  • Hiperactividad.
  • Pérdida de peso.
  • Sangrado nasal.
  • Parpadeos frecuentes pues sienten molestias hacia la luz.
  • Pérdida de visión, ceguera súbita.
Consecuencias de la hipertensión en gatos

Si no se trata de manera adecuada esta enfermedad puede provocar problemas graves que pueden afectar a los órganos indicados anteriormente. Estas pueden ser algunas de las dificultades que presentan los gatos afectados:

  • Problemas oculares: hemorragias, inflamación y desprendimiento de retina que puede llegar a provocar la pérdida de visión total del animal.
  • Lesiones cerebrales: provoca daños en el cerebro o sistema nervioso, con síntomas neurológicos como el tambalearse al andar, convulsiones e incluso entrar en coma.
  • Lesiones cardíacas: perjudica el riego sanguíneo y puede desembocar en paro cardíaco.
  • Insuficiencia renal.
¿Se puede tratar o prevenir la hipertensión felina?
Siempre que sospechemos que nuestra mascota pueda sufrir algún trastorno, debemos acudir a un especialista.

Al igual que en las personas, la prevención es el mejor tratamiento para evitar que un gato tenga la tensión alta. Lo conveniente es realizar visitas veterinarias de manera periódica para controlar la salud de nuestra mascota.

  • A los gatos sanos menores de seis años, es recomendable medir la tensión cada 12 meses.
  • Se debería medir la tensión al menos cada 12 meses, a los felinos sanos entre seis y diez años.
  • En gatos sanos mayores de diez años la medición es necesaria cada 6-12 meses como máximo.
  • En cualquier minino con factores de riesgo, como insuficiencia renal, hipertiroidismo, etc. es recomendable cada 3-6 meses.

No es una enfermedad que se pueda controlar pero una vida activa y saludable es la mejor prevención. Además, un ambiente tranquilo, buena alimentación y estimulación ambiental y juego ayudarán a que nuestro minino esté fuerte y sano.

 

Bibliografía

Hipertensión en Gatos: Qué es, Causas y Tratamiento

La hipertensión felina, el asesino silencioso

https://hospitalveterinariopuchol.com/blog-veterinaria/

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