Pixar nos tiene acostumbrados a narrar historias de una forma única y de llegarnos al alma. ¿Quién no se emocionó con la secuencia inicial de Up o con el final de Toy Story 3? Pero también sus cortometrajes son muy especiales e interesantes. Uno de los mejores es, sin duda, el estrenado a principios de este año: Kitbull.

En él, nos cuentan la emotiva amistad de un gato negro callejero y un perro Pitbull, adentrándonos en el terrible mundo del maltrato animal y buscando sensibilizar al gran público sobre el tema.

Los Pitbull son una de esas razas conocidas como PPP (Perros Potencialmente Peligrosos) porque, en algún momento, se han sucedido numerosos casos de agresividad con ellos. Sin embargo, en la inmensa mayoría de dichos casos, ha sido el ser humano el responsable de esos problemas, criándolos durante generaciones para ser agresivos (los motivos pueden ser muchos: desde la mera protección del hogar hasta casos tan horribles como el negocio de las peleas de perros). Los PPP son considerados peligrosos solo por nacer perteneciendo a una raza concreta, pero sin importar el verdadero carácter de cada animal.

Los gatos negros son también considerados proscritos. Durante siglos, se ha creído que traían mala suerte. ¿Quién no ha escuchado todo lo que te pueden suceder si pasa por delante de ti un gato negro? Dejando a un lado las supersticiones, las panteritas son tan preciosas y buenas como cualquier otro gato. En este post hablamos con más detalle sobre los perros y gatos proscritos, esos a los que más les cuesta encontrar un compañero humano.

Pues bien, en Pixar y Disney son conscientes de la problemática de los prejuicios. Es por ello que han querido dejar claro que todos merecemos una segunda oportunidad. Y ya no solo eso: han querido dejar claro su rechazo al maltrato animal.

¿Conseguiremos algún día erradicar estas injusticias y problemas tan graves?

¿Podrás evitar que se te salte alguna lagrimita? ¡Dentro vídeo!