Las plantas tóxicas para perros y gatos que NO queremos en casa

15 de diciembre. Carmen vuelve a casa muy contenta con el regalo que le han hecho en la oficina: una preciosa flor de pascua. La pone en la mesa del salón, quedará muy bien en la cena de Nochebuena. Se va a la compra y, a la vuelta, encuentra a Luna, su gatita de 3 años, un poco rara, saliva más de lo normal. Preocupada, la mete en su transportín y se encamina al veterinario.

Rebeca Santos Juan recibió a Luna en su consulta y afortunadamente se quedó en una intoxicación leve, pero cada año la veterinaria atiende dos o tres casos por Navidad. “Ahora tengo una flor de pascua en la clínica para mostrarle a la gente lo que es”, explica.

Y es que gran parte de las intoxicaciones de perros y gatos que llegan a los veterinarios son por plantas venenosas, unas consultas que van en aumento porque cada vez se usan más especies exóticas en las casas y jardines, especialmente venenosas para las mascotas.

Los perros, más proclives

Según la revista científica Consulta de Difusión Veterinaria, aunque se tienda a pensar que los gatos sufren más intoxicaciones por esa necesidad que tienen de purgarse, lo cierto es que controlan más lo que comen que los perros, los animales domésticos que las padecen en mayor número.

Ellos se comen las plantas como un juego, en el caso de los cachorros, por ansiedad en adultos o por un problema de carencia de vegetales en su alimentación. Eso sí, advierte Rebeca, a los gatos les afectan más los tóxicos por su menor tamaño y porque tienen más delicados los riñones.

Las más peligrosas

Las plantas con las que hay que estar más alerta, por lo fuerte de su veneno o porque están muy presentes en los hogares, se pueden dividir en cuatro grupos:

– La familia de las aréceas, con muchas plantas de casa y jardín como la diefembaquia, el caladio, el filodendro, el poto o la hiedra. Producen una gran irritación del tubo digestivo, salivación excesiva, vómitos, falta de apetito y diarrea con sangre. En gatos también aparecen problemas respiratorios y renales. Tan solo la exposición a ojos y piel ya causa irritación en las mascotas.

– Unas flores bulbosas venenosas muy habituales en jardines y en ramos de flores son las de la familia de las liliáceas, como el lirio o azucena y el tulipán. Su ingestión provoca anemia y los síntomas son letargo, palidez de mucosas, taquicardia y aumento de la bilirrubina.

– Ricino. Es altamente tóxico y cada vez se usa más como planta ornamental. La ingestión de unas pocas de sus semillas causa la muerte en perros y gatos. Entre 12 y 24 horas después de haberlas tomado, el animal sufre vómitos, diarrea con sangre y fuerte dolor abdominal, luego convulsiones y, en un porcentaje muy alto de casos, los animales fallecen. Si sobreviven, se producen daños irreversibles en el hígado y el riñón.

– Otras muy tóxicas son el muguete, el sello de salomón, el apocino, la adelfa y las digitálicas como la digital púrpura. Los síntomas tras su ingesta empiezan entre 15 minutos y 6 horas después con vómitos, diarrea con sangre y un fuerte dolor abdominal. También se producen convulsiones y, más adelante, problemas de corazón como bradicardia o taquicardia.

Otras plantas venenosas a tener en cuenta

Hay otras plantas, menos tóxicas o menos habituales, que también son peligrosas y que producirían en nuestros animales envenenamientos más serios que una gastroenteritis leve:

– Flor de pascua (Euphorbia pulcherrima). Su savia blanca causa vómitos y diarreas, así como inflamación de la faringe y la glotis. En el caso de los gatos, también salivación excesiva. Especialmente dañina para los animales jóvenes.

– Acebo (Ilex Aquifolium). Provoca deshidratación, problemas intestinales con náuseas y vómitos, y salivación en los gatos. También diarrea intensa. La ingestión de veinte bayas por un perro de talla mediana es suficiente para provocar la muerte en pocas horas.