Asfaltín es un gato blanco y negro precioso que ha tenido poca suerte en la vida. Hace dos años lo encontraron en un pueblo de Ávila atropellado. Era claramente casero, por lo que seguramente había sido abandonado. Se fracturó una pata y perdió medio rabo. «Cuando le acogí -cuenta Sara, su mamá provisional- todavía andaba un poco cojo, pero ya está bien».

Sara se hizo cargo de él un año y parecía que la vida le sonreía cuando apareció un adoptante. Pero a los seis meses lo devolvió diciendo que era demasiado cariñoso y no podía ocuparse de él.  «Decía que el gato demandaba mucha atención, aunque yo he convivido con él un año y es normal y corriente, y sí, más cariñoso que otros gatos», explica Sara.

Su perdición: los mimos

Efectivamente, la «perdición» de Asfaltín (Tín para los amigos) son los mimos. «Le encanta que estés ahí siempre acariciándole, sobándole. Todo menos la tripa, eso no le gusta». Es de esos gatos que duermen junto a ti en la cama.

Y no solo es amoroso, además convive sin problemas con los perros de Sara (un chihuahua y una mezcla de podenco).

Asfaltín es un 10 en carácter, así que os preguntaréis por qué no está ya en una casa definitiva. Bueno, es adulto, tiene 8 años y los mayores son los más olvidados. Además, ahora han tenido que operarle, tenía un tumor en la glándula perianal. La operación ha salido muy bien y ya está de vuelta en casa jugando. Afortunadamente, el tumor no se ha extendido.

Consecuencia: ahora está más mimado que nunca comiendo salmón ahumado y latas gourmet. Pero no te preocupes, se acostumbrará de nuevo al pienso si decides darle un hogar definitivo y que su suerte cambie por fin.

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