Primeros paseos de mi cachorro. Qué hacer y qué evitar.

Nuestro cachorro ya está preparado para sus primeros paseos. Tiene todas las vacunas, está sano y el veterinario nos ha dado permiso para que descubra el mundo. Salir de casa no es cualquier cosa. El cachorro ha vivido seguro y resguardado y ahora se enfrenta a un paso importante que, si no se gestiona bien, puede crearle traumas.

Por eso es mejor seguir una serie de recomendaciones para esos primeros paseos. Las que os ofrecemos en Zarpas, de la mano de nuestra adiestradora Sammy Moreno, son para cachorros que no tengan traumas ni miedos importantes. En el caso de que sea así, es más recomendable seguir una terapia personalizada.

ANTES DE LA PRIMERA SALIDA

«Prácticas» en casa

Unos días antes de sacarle por primera vez, conviene ponerle en casa el collar o el arnés para que se acostumbre a él y también «pasearlo» por la vivienda con la correa. «Cuando sale a la calle tiene que ver que no es algo negativo, sino que ya lo ha hecho en casa y ha sido bueno», nos dice Sammy.

Si al cachorrete en cuestión le gusta la comida, estos paseos en casa con la correa hay que acompañarlos de chuches. Así, positivizamos esos momentos.

Cruzar el umbral

Ha llegado el primer día y vamos a sacar a nuestro peludete. Después de ponerle la correa, que ya tiene normalizada, dejamos que vaya olisqueando el dintel de la puerta. «Se le abre la puerta y se le deja que él mismo vaya saliendo, que explore. Una vez que sale se le dice ‘muy bien’, se le acaricia y se le premia», recomienda Sammy.

Ascensor

Probablemente sea la primera vez que el cachorro monte en ascensor y estará asustado. Por eso, una vez más, hay que dejarle su tiempo. «La gente tiende a cogerlos en brazos porque tarda tres horas en entrar: pues mal, porque entonces el perro luego no entra y espera que le cojan», dice nuestra adiestradora. Un truco es irle poniendo chuches en el camino hacia dentro, dejando que las huela.

EN LA CALLE

Sus guías

Hay que tener en cuenta que el cachorro ha convivido con nosotros, somos su referente y la mayor parte de la información que percibe viene de nosotros. Por eso hay que tomarse la salida de forma calmada, no sobresaltarse para no poner nervioso al pequeño y felicitar y premiar cuando llegue el momento.

¿Dónde llevarle?

Los primeros días es conveniente sacar al cachorro por zonas tranquilas. Calles poco transitadas o parques tranquilos y sin muchos estímulos para que el pequeño no se acobarde. Según se vaya viendo cómo el perro asimila los nuevos estímulos se pueden ir añadiendo más (más gente, más perros, más motos o bicicletas, etc).
Ojo, Sammy alerta de que no hay que confiarse. Porque el cachorro haya cruzado bien la calle un día con gente, no quiere decir que se le pueda meter ya en la Gran Vía de Madrid. Poco a poco.

¿Cuánto tiempo?

El tiempo de paseo de los primeros días no puede ser muy largo. De 10 a 20 minutos es una buena media. En todo caso, no más de media hora, recomienda Sammy. Y si vemos que tiene un poco de miedo o ansiedad, con 10 minutos es más que suficiente.

Me cruzo con un perro, ¿qué hago?

Como tendemos a proteger a nuestro cachorro, nos puede salir el instinto de defenderlo de los perros desconocidos. Conviene hacer un ejercicio de autocontrol.

Así, si vemos que el perro es amigable, a medida que nos acercamos vamos preparando a nuestro cachorro de que algo bueno va a pasar. Le hablamos en todo alegre para que se prepare para una experiencia positiva: «Mira Lola, viene un amiguito, qué bien». Nuestro cachorro empezará a mover la cola y olisqueará a su nuevo amigo. Cuando veamos que los dos perros ya se olisquean, no hace falta que sigamos hablando. Dejamos a nuestro cachorro que lo reconozca, que juegue un poco y seguimos camino.
En los encuentros con perros es mejor no premiar con comida para evitar conflictos, con la palabra es suficiente.

¿Y con gente?

Si se acerca alguien hay que seguir un patrón parecido. Cuando se aproxima la persona, vamos preparando al perrete con buenas palabras para la experiencia. Si vemos que es reticente, le podemos dar una chuche a la persona para que se la de al cachorro. Como lo tiene asociado a algo positivo, se acercará con más facilidad.
Es muy importante que en estas primeras veces haya calma. Por eso es mejor que se encuentre con adultos primero. Los niños, especialmente si son muy movidos, le pueden acobardar y traumar, así que los podemos reservar para más adelante. Y mejor evitar que lo cojan en brazos y lo mareen.

¿Le suelto?

No es recomendable soltar a tu cachorro porque no sabes cómo se va a comportar y entraña riesgos. Lo importante es ir trabajando la llamada en casa con chuches. Con este trabajo previo ya hecho, desde la primera salida podemos trabajar que venga. Pero no es recomendable que vaya suelto. Mejor con una correa de entrenamiento larga, de 10 metros por ejemplo, en un lugar tranquilo. Luego, seguimos trabajando esa llamada cuando haya más estímulos.

¿Lo meto en un pipican?

Es recomendable si el perro muestra interés por ellos y va socializando bien con los que se va encontrando por la calle. Pero hay que tener en cuenta que se puede agobiar. «Lo ideal es que se visite cuando haya pocos perros y de su tamaño», nos dice Sammy. Porque «si a un cachorro lo metes con un dogo, un mastín o un bóxer puede que lo revuelquen por la tierra y acabe asustándose».
Mejor meterle cuando veamos que los perros son tranquilos, estables y que obedecen a sus dueños. Y si los dueños nos pueden ayudar sujetando a sus peludos en las presentaciones, mejor que mejor.

Esperamos que estos consejos os hayan sido útiles. Son momentos clave en la vida de los perretes y es importante gestionarlos bien de cara al futuro. Y si queréis saber más, podéis consultar a Sammy en su Instagram o en su página de Facebook.

Y si quieres adoptar un cachorro, echa un vistazo a nuestra sección de peques en adopción 😉

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