La torsión gástrica o torsión de estómago es una de las enfermedades más graves que puede sufrir un perro. Si no se trata a tiempo, y en muchos casos con cirugía, causa hasta la muerte. La buena noticia es que es posible prevenirla si el perro es proclive. Más que una enfermedad provocada por un virus o una bacteria, se trata de la tendencia de determinados animales (no solo perros, también ocurre en vacas y otros animales) a que se les de la vuelta el estómago.

Imagínate el estómago del perro como un globo con arena dentro agarrado cada extremo por una cuerda. En esas condiciones, si el perro se mueve (sobre todo si hace movimientos bruscos), puede darse literalmente la vuelta ayudado por el peso de los alimentos que contiene. En esos momentos se empieza a fermentar todo lo que lleva dentro y, si no se consigue volver a colocarlo en su lugar, provoca un shock y la muerte.

Fases de la torsión de portalveterinaria.com

Perros proclives a sufrirla

Hay algunas razas de perro que la sufren de manera más habitual. También su edad o sus hábitos alimenticios influyen.

  • Perros de ciertas razas grandes y gigantes con el tórax profundo, como gran danés, braco de Weimar, pastor alemán o san bernardo.
  • Adultos y, sobre todo, perretes viejos. Aunque también se puede producir en jóvenes.
  • Peludos con temperamento agresivo o asustadizo.
  • Los que comen dieta seca (pienso) o que sea a base solo de un solo tipo de alimento.
  • Los peludos que ingieren grandes cantidades de comida o comen con ansia.
  • Perros que hacen ejercicio con el estómago lleno, justo después de comer.
  • Perros con estrés.
  • Delgadez.
  • Parentesco con otros perros que lo han sufrido.

No está claro si el estómago se hincha y luego se da la vuelta o si no hace falta que eso ocurra para que se voltee. También hay casos en que solo se produce una dilatación de estómago por exceso de gases, una enfermedad grave que también necesita de atención veterinaria inmediata. Si se da la vuelta, en un 10% de los casos se vuelve a poner solo en su posición inicial, pero en el resto no, lo que puede provocar la muerte si no se trata a tiempo.

Síntomas

Hay que estar muy atento a los síntomas, es vital cogerla a tiempo para salvar la vida de nuestro peludo.

  • Abdomen inflado. Es el síntoma más evidente. Si ves que tu perro tiene esta zona más hinchada de lo normal, se puede estar produciendo una torsión.
  • Vómitos sin que el perro eche comida.
  • Inquietud, gemidos y quejidos del perro. Recuerda, los peludos son muy fuertes y si se quejan, es por algo.
  • Hipersalivación.
  • Postura ortopneica, es decir, en la que el perro busca respirar mejor. No puede estar tumbado y se queda de pie, con cuello extendido, patas abiertas y cabeza hacia abajo.

Si observamos alguno de estos síntomas, especialmente el abdomen inflado y las quejas del animal, hay que llevarlo inmediatamente al veterinario. La respuesta rápida es vital para poder curar al perro ya que no hay nada que nosotros podamos hacer para ponerle remedio.

Prevención

Nuestra veterinaria colaboradora Rebeca Santos Juan nos cuenta algunos consejos para evitar la torsión. Hay determinadas cosas que podemos hacer para prevenirla, especialmente si nuestro perro es de un grupo de riesgo o bien ya ha tenido algún episodio o algún inicio de torsión.

  • Dar de comer al perro después de salir a la calle o hacer cualquier tipo de ejercicio físico, nunca antes. Si el ejercicio ha sido intenso, esperar un rato antes de darle la comida.
  • No hacer ejercicio intenso después de comer o actividades que causen estrés al perro. Evitar que haga giros sobre sí mismo.
  • Repartir la comida en tomas más pequeñas, por ejemplo tres veces al día.
  • No alimentar al perro si está nervioso, esperar a que se tranquilice.
  • Esperar al menos dos horas a que haga ejercicio después de comer.
  • Darle el agua en poca cantidad antes y después de cada salida, en especial si realiza una gran actividad física. Es mejor darle en tomas más pequeñas o incluso, si es verano, refrescarlo humedeciendo el cuerpo.
  • Usar algún truco para que coma lento, como comederos especiales que dificultan que ingiera todo de golpe o repartir el pienso en alfombras olfativas. Este último remedio da muy buen resultado.
Tratamiento

Si se observan síntomas de torsión de estómago hay que acudir inmediatamente al veterinario. Dependiendo del estadio de la enfermedad, el especialista intentará extraer el contenido del estómago con una sonda o mediante una punción.

Pero lo más seguro es que tenga que acudir a la cirugía para darle la vuelta. Es una operación complicada y lo más importante es que se haya cogido a tiempo. Si se trata de un perro de una raza propensa o/y que ha tenido ya algún episodio, es recomendable someterle a una operación para fijar el estómago y que no pueda así voltearse.

Bibliografía:

Revista especializada Portal Veterinario.

Artículo de la veterinaria Irene Martínez.

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