Experiencias de acogida. Beatriz: «Me alegra saber que tienen la buena vida que merecen»

En esta sección queremos contaros experiencias de casas de acogida. Son historias de personas y peludos con las que queremos ayudar a los indecisos a tomar una decisión. Porque sabemos que mucha gente ha pensado alguna vez en acoger y en Zarpas y Colmillos no podemos seguir sin ellos. Sin esas personas que abren su casa a un animal necesitado y le dan una oportunidad.

En este artículo, vamos a contar la experiencia personal de Beatriz, una apasionada de los peludetes.

Pregunta – ¿Qué te animó a ser casa de acogida?

Respuesta – Cuando vivía con mi ex teníamos gatos. Cuando nos separamos, me di cuenta que realmente los echaba de menos. Por ello, decidí acoger temporalmente un minino que lo necesitase.

P. – ¿Qué conlleva ser casa de acogida?

R. – Conlleva cuidar al animal como si fuese tuyo durante un tiempo limitado.

P. – ¿Recomiendas la experiencia?

R. – Por supuesto que sí. Para ti conlleva la compañía de una mascota, pero para ellos estás salvando una vida, así que ese pensamiento es más que reconfortante. Además, incluso si tus condiciones económicas no son muy buenas, no hay problema. La asociación se ocupa de todos los gastos. Solo necesitas un poco de tiempo para hacer la vida de estos animales más fácil.

P. – ¿Qué te ha aportado ser casa de acogida?

R. – A mi me aportan mucho amor y momentos realmente divertidos. Quiero mucho a todos mis acogidos y me alegra saber que tienen la vida que merecen.

P. – ¿Por qué elegiste Zarpas?

R. – Vi la foto de Chupito, un gato tranquilo y positivo a leucemia y quise ayudar cuanto podía. Lo vi como una buena oportunidad para ayudar.

P. – ¿Tienes alguna anécdota que te gustaría compartir?

R. – Cuando Chupito llegó a casa pesaba cerca de 3 kilos, estaba en los huesos y ahora es el más regordete de todos. No puedo ni imaginar cómo un gato tan glotón vivió durante cinco años en la calle. Otra anécdota es el primer día que llegó Azaroa a mi casa. La tenía en cuarentena en un cuarto y, como era tan pequeña, se escondió detrás del colchón de la cama y pensé que se había escapado. ¡Era tan pequeña que se había metido en un sitio minúsculo!

P. – ¿Qué consejo aportarías a una persona que se está planteando ser casa de acogida?

R. – Que lo haga, porque el esfuerzo es mínimo a comparación de la recompensa que te aporta.

Gracias, Beatriz por tu amor incondicional a los animales y, sobre todo, por acoger.

 

En Zarpas es muy importante la labor de las casas de acogida, ya que sin ellas no podríamos continuar nuestra actividad. Siempre las necesitamos. Si quieres saber más sobre la acogida de animales necesitados, consulta este enlace y no dudes en preguntarnos. ¡Gracias a todas las casas de acogida!

 

 

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