Experiencias de adoptantes. Patricia y Pablo: «No te vas a arrepentir de conocer al peludete de tu vida»

En este apartado os contamos las experiencias de nuestros adoptantes de Zarpas y Colmillos. Con sus vivencias, quizás podamos animar a alguien a adoptar y concienciar sobre la responsabilidad de abrir nuestra vida a un animal. Son historias reales de gente normal que tomó en su momento esa importante decisión. Hoy os presentamos a Patricia y Pablo, que decidieron dar una oportunidad a Nilo, rebautizado como Sakamoto.

Planteamiento de adoptar un peludo

En 2018 mi novio Pablo y yo nos fuimos a vivir juntos. Siempre habíamos querido tener mascotas, y nos decidimos por adoptar a un gatete que nos hiciese compañía. Una amiga me habló de Zarpas y Colmillos por ser una asociación “de confianza” y ética, y así contacté con Sara, que me estuvo asesorando. Comprobé por mí misma el duro trabajo de las voluntarias y cómo ponen a los peludetes por encima de todo.

Pablo y yo teníamos más o menos claro lo que queríamos: un gato (macho o hembra) ya adulto, no nos importaba si necesitaba cuidados especiales o tenía alguna enfermedad, y sobre todo queríamos que fuese tranquilo. La razón de buscar a un gato adulto era precisamente que queríamos saber su carácter de antemano, una gran ventaja que recomiendo a mucha gente. Ninguno de los dos habíamos tenido gatos nunca, y nos daba un poco de miedo que un gatito joven o muy activo fuese demasiado para nuestra nula experiencia. Otra preocupación que teníamos eran las alergias, ya que desconocíamos la reacción que tendríamos al animalito. Sara fue una completa maestra: nos dio a conocer a varios gatos que por su edad, personalidad y circunstancias consideraba adecuados para nosotros, y nos dio la opción de acoger al que escogiésemos y quedarnos con él definitivamente si no teníamos problemas de alergias.

Decisión de adoptar

Tras hablarlo entre nosotros, optamos por Nilo, un gatito blanco y pelirrojo de 8 meses, positivo a calicivirus. Sara me tranquilizó explicándome en qué consistía dicha enfermedad, y que aunque fuese positivo actualmente no tenía síntomas ni tenía por qué tenerlos nunca. El tiempo le dio la razón: quitando una ligerísima gingivitis, jamás ha tenido ningún síntoma de calicivirus ni ha estado enfermo de nada.

Desde la asociación nos enviaron un formulario para que lo rellenásemos que nos vino muy bien, porque nos hizo plantearnos algunas cuestiones referentes al nuevo miembro de la familia: ¿Iba a tener algún sitio prohibido, como los sofás o la cama? ¿Quién se iba a quedar con él si nos separábamos? ¿Qué íbamos a hacer si se portaba mal? Son cosas que con la ilusión del momento a veces no te planteas, y que nos las preguntasen directamente nos ayudó a tomar esas decisiones preventivas.

Mientras tramitábamos la adopción pusimos mosquiteras para evitar caídas desde nuestro piso, algo obligatorio en cualquier asociación cuando adoptas un gato. ¡Y menos mal que lo hicimos! Recuerdo que una vez un ruido fuerte le asustó y su primera reacción fue huir hacia la ventana. La tranquilidad que te da que el michi pueda mirar a gusto por la ventana sin ningún peligro vale la pena, os lo aseguro.

Cuando nos trajeron a Nilo a casa era muy miedoso, pero enseguida se hizo una bolita en el sofá y se dejaba acariciar. Era realmente buenísimo, y lo único que parecía querer era sentarse a ver la tele en el sofá con nosotros. A los pocos días comprobamos que no se sabía su nombre, y le pusimos Sakamoto en honor al gato de un cómic que yo estaba leyendo en el momento.

Sakamoto ha sido una de las mejores cosas que hemos tenido en la vida. Es verdad que al principio tuvimos algunos conflictos, como que nos mordiese los pies por las noches o que fuese terriblemente ansioso con la comida. Nos pusimos manos a la obra a leer y ver vídeos acerca de comportamiento gatuno, y con un poquito de esfuerzo y paciencia remediamos ambas cosas. Creo que lo más importante cuando adoptas a un animal es comprender que no es un ser humano y tiene necesidades propias a su especie. Una vez has entendido eso, puedes empezar a entender sus miedos, ansiedades y, en definitiva, todas las emociones que le hacen único. Algunas de esas emociones necesitan una atención específica, igual que nos pasa a nosotros los humanos, pero con cariño y paciencia todo se resuelve.

La actualidad con Sakamoto

Desde hace tres años, Sakamoto es el miembro más chiquitajo y tontorrón de nuestra familia. Duerme con nosotros todas las noches, me quita mi puf favorito siempre que puede y se pone a chillar delante de su cajón de los juguetes cuando quiere jugar. Sabe dar la patita y sentarse, y,  aunque odia ir al veterinario con todas sus fuerzas, siempre se porta muy bien cuando le toca revisión. Cuando pienso en que este enano peludo que me abraza mientras duerme podría estar pasando frío y hambre en la calle, solo me queda agradecer eternamente a las chicas de Zarpas haberle rescatado y cuidado, hasta que un buen día me permitieron acogerle en mi hogar y darle la mejor vida que puedo. Gracias de todo corazón.

Y si tú estás leyendo esto pensando en adoptar: confía en esta asociación. Te asesorarán en todo y se aseguran al máximo de que cada animal está en un hogar adecuado, tanto los que todavía están con ellas como los que dan en adopción. No te vas a arrepentir de conocer al peludete de tu vida.

¡Muchas gracias, Patricia y Pablo por compartir vuestra experiencia de una manera tan clara y sincera y gracias ante todo por adoptar!

Si has leído hasta aquí quizá sea porque también quieres vivir esa experiencia y estás pensando en adoptar a alguno de nuestros zarpitos/as. Si crees que estás preparado/a para esa responsabilidad, puedes consultar los animales de nuestra protectora que están esperando una familia que los quiera para siempre.

También puede ser que te hayan entrado ganas de ser casa de acogida, y en estos momentos son más necesarias que nunca, ¿nos echas una zarpa acogiendo a un peludo?

Deja un comentario

Your email address will not be published.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.