Hoy, día de San Valentín, venimos a contaros una historia de amor con final feliz.
El pequeño Crunch es un gatito que nació en una colonia y que, de manera inesperada, la mala suerte se cruzó en su vida. Desgraciadamente su madre murió atropellada cuando era muy pequeño y Zarpas y Colmillos se hizo cargo de toda la camada. Gracias a nuestros voluntarios que donaron leche para lactantes y otros artículos que necesitaban, pudimos hacer frente a su crianza.
Crunch es un gatito muy cariñoso y juguetón. Le encanta comer y curiosear a su alrededor para ver mundo.
Spoiler: final feliz
La familia que le ha adoptado solo tiene buenas palabras para describirle: “Adoptar a Crunch fue la mejor decisión que pudimos tomar”. Pese a que cuando llegó se mostraba tímido y asustado, al poco tiempo llenó de alegría el hogar. El gatito sigue al pequeño humano de la casa a todos lados y se encarga de despertar a toda la familia con mimos y ronroneos. Cuando oímos estas palabras de los adoptantes y que nos mandan fotos como la de abajo, morimos de amor.
Adoptar a un animal cambia vidas, ¿te animas?
Deja un comentario