Experiencias de adoptantes. Paula Andrea: «No hay nada más satisfactorio que poder entender a tu perro y que él se sienta también comprendido»

En este apartado os contamos las experiencias de nuestros adoptantes de Zarpas y Colmillos. Con sus vivencias, quizás podamos animar a alguien a adoptar y concienciar sobre la responsabilidad de abrir nuestra vida a un animal. Son historias reales de gente normal que tomó en su momento esa importante decisión. Hoy os presentamos a Paula Andrea, que decidió adoptar y dar una buena vida a Sugus.

¿Por qué plantearse adoptar?

En casa desde siempre nos han gustado los animales, antes de Sugus tuvimos a una conejita llamada Nube que nos acompañó 8 años. De hecho, siempre habíamos querido tener un perro y recuerdo que mi mayor sueño era ir a pasear con él y llevárnoslo siempre al campo. El único inconveniente era que hasta entonces vivíamos siempre de alquiler y era muy difícil encontrar un piso donde admitieran mascotas. Además de que en caso de que las permitieran nunca iba a ser algo estable y si por cualquier motivo tuviéramos que mudarnos nos daba miedo no poder conseguir otro sitio en el que se nos permitiera estar con un perro. Por todos estos motivos y siempre buscando lo mejor posible para el perro, decidimos esperar a que pudiéramos tener una casa propia.

¿Cuál fue el procedimiento?

Este día yo siempre lo vi como algo inalcanzable pero finalmente ese sueño pudo hacerse realidad en noviembre de 2018. Una vez supimos que podríamos acceder a comprar una casa y ya estaban todos los papeles en proceso fue cuando empezamos a mirar perritos en protectoras y simplemente al ver a Sugus nos enamoramos. Sí, admitimos que nos encantó cómo era físicamente y por eso nos animamos tanto en conocerlo, pero ahora, con una perspectiva diferente sé que esto no es lo más correcto.

Está claro que un perro no solo lo adoptas por lo bonito o no que te parezca. Porque cada uno tiene una personalidad y unas necesidades diferentes que podrían no ser acordes a las tuyas independientemente de lo mucho que te guste su aspecto. Sin embargo, esto no cambia que al conocerlo no nos enamorara aún más. Sugus estaba entonces en una casa de acogida conviviendo con otros perretes en un chalé con un terreno muy amplio y nada más vernos fue directo a nosotras. Se nos subió encima, estaba siempre buscándonos para que le acariciáramos, buscando jugar. Ese día supimos que Sugus era nuestro perro.

Momento de la adopción

Y el día 13 de noviembre fuimos finalmente a por él para traerlo a su nuevo hogar. Podríamos decir que todo fue color de rosas, pero no sería cierto. Para Sugus fue un cambio muy brusco, tantos ruidos, coches, gente de aquí para allá, perros… Al verlo así nos dimos cuenta de que nunca se había encontrado en una situación como esta. La verdad es que, al no conocer el pasado de Sugus tampoco podemos saber a ciencia cierta qué cosas pudieron pasarle cuando era un cachorro.

Imaginamos que apenas tuvo socialización o en caso de que la tuviera no había sido demasiado positiva para él y que no conocía apenas nada del mundo real. Nos encontramos con un perro lleno de inseguridades cuya única forma de enfrentarse a los monstruos era reaccionando y claro, esto era algo que ninguna nos esperábamos y fue difícil hacerle frente. Porque Sugus ya era un perro grande, de aproximadamente un año y medio y unos 27kg de peso. Tuvimos la suerte de contar con María, su salvadora y quién le pudo brindar la oportunidad de ser adoptado y que estuvo siempre a nuestra disposición para todo, de Sammy que nos ayudó con sus problemas y también de Susana etóloga que nos ayudó mucho en el proceso.

Momentos complicados pero también bonitos

Es cierto que al ser algo que no te esperas piensas que no vas a ser capaz de lidiar con ello, que no hay solución y es por este motivo por el que mucha gente después devuelve al perro o bien, lo abandona. Como si tuvieran que ser perfectos cuando ni siquiera lo somos nosotros y este es precisamente el problema. Con los perros hay tan poca empatía que nos cuesta mucho ponernos en su lugar y estoy segura de que si más de uno pudiera hacerlo muchas cosas cambiarían. Porque no mentiré diciendo que pensé en devolverlo porque sentía que todo esto me quedaba grande pero ya era un miembro más en la familia. No era como un juguete que devuelves porque ya no te gusta.

También se nos olvida que cuando adoptamos, por lo general, adoptamos perros que no han pasado una buena vida que con «suerte» lo único que han vivido ha sido el abandono, cuando en otros casos no solo ha habido eso sino también maltratos. Y, aún así, buscamos un perro perfecto. Que no ladre, que no moleste, que no nos implique mucho tiempo. Entonces, ¿realmente quieres un perro? El perro no te elige a ti, eres tú quien decide tenerlo y por ese motivo si sabes que no vas a poder ofrecerle una vida digna es mejor que no lo tengas.

Cambio de vida a mejor

Podría parecer que todo esto fue algo negativo, pero en realidad cambió totalmente mi vida. Me interesé mucho por todo el mundo canino, por la comunicación y la educación y a partir de entonces he estado formándome en ello. Gracias a Sugus me he dado cuenta de algo que me encanta aprender y también hacer. No hay nada más satisfactorio que poder entender a tu perro y que él se sienta también comprendido. Con Sugus aprendo cada día cosas nuevas y no solo sobre los perros sino también sobre mi misma.

Porque ser capaz de empatizar con él hace que también te plantees muchas cosas sobre tu manera de actuar. Por ejemplo, cuando les exigimos que dejen de actuar de cierta forma sin plantearnos cuál puede ser la raíz del problema solo porque en ellos siempre esperamos cambios rápidos pero, ¿y nosotros? Cuando hemos tenido un día más estresante y somos más propensos a reaccionar ante cualquier cosa que nos moleste, cuando tenemos miedo o cuando una situación nos desborda lo único que necesitamos es que esa persona en la que confiamos y la que queremos que esté para nosotros, para entendernos y ayudarnos a afrontar esas situaciones. No obstante, pocos perros pueden sentir esto debido a la gran ignorancia que hay alrededor de su comunicación y sus actitudes.

¿Cuál es la conclusión?

Con todo esto lo que quiero decir es que adoptar un perro no solo implica sacarlo a pasear dos veces al día, sino que al final estás introduciendo a un nuevo miembro en tu familia. Un miembro de una especie totalmente diferente a la tuya, y si no lo ves de esta manera, es mejor que te plantees si realmente estás preparado para darle la vida que merece. Requiere mucho tiempo también por tu parte, de interesarte por él y por comprenderle mejor para que finalmente la convivencia sea óptima para ambos. Por este motivo también veo tan necesarios los requisitos de adopción en las protectoras. Es evidente que no cualquiera puede tener un perro y si eso puede verificarse antes de hacer la adopción será siempre lo más favorable para el perro evitándole todos esos cambios que finalmente no le traerán nada bueno.

Sugus no es un perro perfecto, pero al final eso es lo que lo hace tan único y lo que hace que sienta un amor tan incondicional hacia él. Conozco sus defectos y él los míos y somos capaces de regularnos y también de entendernos. Gracias a él he podido aprender tantas cosas que nunca podré agradecérselo por completo. Y no solo eso, también voy a tener siempre un compañero dispuesto a acompañarme donde sea, como si es a comprar al supermercado (porque ama ir y estar en el coche).

Y todo esto nunca habría sido posible gracias a Zarpas, gracias por todo el trabajo que hacéis y por haber podido juntarnos porque siempre he pensado que estábamos destinados a encontrarnos.
¡Muchas gracias, Paula Andrea por compartir tu experiencia de una manera tan abierta y extensa y gracias ante todo por adoptar!

Si has leído hasta aquí quizá sea porque también quieres vivir esa experiencia y estás pensando en adoptar a alguno de nuestros zarpitos/as. Si crees que estás preparado/a para esa responsabilidad, puedes consultar los animales de nuestra protectora que están esperando una familia que los quiera para siempre.

También puede ser que te hayan entrado ganas de ser casa de acogida, y en estos momentos son más necesarias que nunca, ¿nos echas una zarpa acogiendo a un peludo?

Deja un comentario

Your email address will not be published.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.