Las leyendas de los gatos en Japón

A lo largo de los años de convivencia con los felinos, estos animales han contribuido no solo a la vida diaria de las distintas sociedades, sino también a sus distintas culturas, costumbres, tradiciones y folclore.

Es por ello que podemos encontrar distintos seres, mágicos y sobrenaturales, basados en felinos, como puede la divinidad Bastet en Egipto, como ya hablamos en una entrada posterior. Pero en este artículo vamos a viajar a las islas japonesas para contaros las leyendas de los gatos en Japón.

El origen de maneki-neko

Si nos centramos en Japón, nos faltan palabras para hablar sobre la figura del gato en la sociedad y cultura asiática. Una de las historias que más han calado y sobrevivido a lo largo de los años ha sido la leyenda de maneki-neko. Figura que seguro que has visto (o que puedes comprobar) en muchos establecimientos incluso a día de hoy. Normalmente se encuentra en la entrada de lugares, en dirección a la puerta, o cerca de la caja registradora. El maneki-neko se caracteriza por tener la forma de un gato sentado (blanco o dorado como el oro) que mueve constantemente la pata de arriba abajo.

La leyenda

La leyenda que hay tras esto es fascinante: según la cultura japonesa, un campesino estaba en mitad del campo haciendo sus labores hasta que rompió a llover. La lluvia pasó a una tormenta, por lo que el hombre decidió resguardarse bajo un gran árbol. En cambio, al poco vio en mitad del campo un gato que le miraba fijamente y movía la pata hacia su dirección, de arriba abajo, como queriendo captar su atención llamándole. El campesino decidió, por insistencia e intriga del comportamiento del animal, acercarse a este a pesar de mojarse por la tormenta. Y justo cuando llegó a donde se encontraba el felino, un gran rayo cayó sobre el árbol en el que hasta hace unos instantes se resguardaba. El impacto fue sorprendente, dejando destrozado el árbol. Y entendió que, en realidad, el gato quería que acudiera a él porque sabía de la tragedia que se avecinaba y deseaba salvarlo. De ahí que al maneki-neko se le llame también “el gato de la suerte” o “el gato de la fortuna”.

A partir de esta leyenda, las figuras de estos felinos inundaron los establecimientos, creyendo así que atraían la buena fortuna con el movimiento de la patita hacia ellos. Lo más usual suele ser verlo en color dorado, ya que el color atraería el dinero. Incluso en Japón existe el templo Gotokuji, al oeste de Tokio, el cual está repleto de estos amuletos. ¡Seguro que les va super bien y tienen mucha fortuna!

 

Los Yokai y nekomata

También en Japón podemos encontrar la historia del nekomata, un yokai (una especie de espíritu fantasmal japonés) que, cumplidos ciertos años de vida, posee la habilidad de andar a dos patas e interactuar con humanos. Esto también es símbolo de buena suerte en el país asiático, ya que indica que el humano ha sabido cuidarlo bien como para que viva tantos años y, ahora, pueda buscar ayuda o consejo en su sabiduría felina. ¡Así que cuidad bien a vuestros michis, que la recompensa por ello es muy valiosa!

Por último a comentar, es más que conocida la isla de los gatos de Japón, llamada Tashirojima. Esta isla está plagada de estos felinos allá por donde mires y puede visitarse. Según la historia, este territorio estaba basado en la producción de gusanos de seda. Para luchar contra las plagas, se llevaron varios gatos que custodiaran y cuidaran el lugar, aunque poco a poco se reprodujeron. Los gatos están en semilibertad, alimentándose gracias a la gente del pueblo y a los pescadores. Como agradecimiento por su trabajo, existe un altar que los venera y que tiene como finalidad la continuidad del duro trabajo gatuno de proteger la que es ahora su isla, la isla de los gatos.

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